El valle de Benasque es el más alpino y bello de cuantos conforman los Pirineos. Con sus más de 30 pueblos y villas, con su arquitectura altoaragonesa, sus iglesias románicas, sus costumbres ancestrales, su lengua, sus paisajes…, es, sin duda, un lugar para la aventura, el encuentro y el reposo obligado durante una estancia en los Pirineos.